jueves, 26 de noviembre de 2009

Proyecto Inicial y Anuario

La semana que viene tendrán en sus manos dos documentos importantes para la vida del Colegio. Por un lado el Anuario escolar 2008, y por el otro el Proyecto de un nuevo ambiente para la sección de Pre-School San Pedro, Villa Caritas que estará siendo inaugurado en marzo de 2011.

Anuario

El Anuario recoge la Identidad y la Memoria de nuestros colegios. Más que una simple recopilación de eventos y fotos, se trata de todo un ejercicio de reflexión y búsqueda de expresar lo que somos y lo que nos estamos esforzando por construir como comunidad educativa. Cada sección, cada página, cada artículo tiene esa intencionalidad: plasmar nuestra identidad y cultura institucional: es decir, la manera como nos relacionamos y como vemos las cosas y la vida misma, reflejado todo en el quehacer cotidiano de chicos, profesores y padres de familia a lo largo de un año académico.

El Anuario es así parte de la memoria viva del Colegio, nuestra historia en el sentido más hondo del término, como lo expresa Hillaire Belloq: "la historia de lo que fuimos explica lo que somos". En ese sentido también el Anuario como memoria viva nos ayuda a entender quiénes somos y para qué estamos como comunidad educativa. En el Anuario nos reconocemos, allí vivimos experiencias de recuerdo y evocación que nos ayudan a reflexionar sobre nosotros mismos y hacernos preguntas sobre lo que estamos haciendo con nuestra vida. ¿Quién no ha tenido la experiencia al releer su viejo anuario escolar, de preguntarse sobre su propio camino y sobre las opciones que ha tomado en la vida? No se trata de atesorar recuerdos melancólicos, sino que es memoria-para-la-acción porque pone nuestra mirada sobre los temas y valores profundos de nuestra existencia para ayudarnos a mantener o a corregir el rumbo. La memoria se convierte así en ejercicio de autenticidad, de verdad, pero también de aliento al revalorar las cosas que son verdaderamente importantes. En el fondo está la convicción de que la vida nos ha sido prestada con un fin alto y que estamos para dar fruto en ella.

Proyecto Educación Inicial:

Con el paso de los años y el crecimiento de nuestros Colegios surge la necesidad de disponer de un espacio más propio, más especial para nuestros alumnos de Nido y Pre-Kinder. Hemos visto conveniente además que este espacio inicial sea compartido por las familias y los alumnos y alumnas de San Pedro y Villa Caritas antes de entrar propiamente a la etapa escolar, consolidando así nuestra opción de ser "dos Colegios pero una misma Comunidad Educativa".

Estamos aprovechando además la ocasión para diseñarlo considerando los paradigmas y necesidades de nuestros alumnitos del siglo XXI, del cual son dueños más que nosotros y en el cual vivirán toda su vida. Nuestra responsabilidad de padres y maestros es prepararles para un tiempo y unas condiciones de vida que aún son difíciles de vislumbrar. Lo que con seguridad no va cambiar es su naturaleza humana y los valores, virtudes y disposiciones que les permitirán desplegarse en cualquier circunstancia. Empezamos así con toda esta anticipación buscando incorporarles como padres en el diálogo necesario para disponer los mejores ambientes y condiciones para los pequeños.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Balance del año y perspectivas

Estamos a cuatro semanas de terminar clases y es justo empezar a hacer nuestro balance personal y como comunidad educativa de lo que ha significado este 2009. Como en toda dimensión de lo humano, habrá luces y sombras, pero lo importante en ambos casos es saber recoger lo aprendido y proyectarnos al futuro.

Se trata de un ejercicio importante y creo que es un aprendizaje crítico para los mismos chicos. Y no sólo mirando brevemente las libretas en el último día del año, sino desde ahora, partiendo de nuestros fines generales y objetivos para el año.

Conversando con una mamá del Colegio, le planteé así la pregunta: "¿y cuáles son tus objetivos para tus hijos?" Así, de pronto y sin aviso, no es fácil responder, pero luego tuvo la iniciativa de compartir con escrito el fruto de su reflexión sobre el punto. Con el permiso respectivo comparto una parte de su respuesta para motivarles a pensar en las suyas como papás:
-"Que crezcan muy seguros de sí mismos y se sientan capaces de poder asumir todos los retos que se les presenten y puedan también superar las dificultades y penas del camino de la mejor manera. (sabemos que hay muchas).
-Que aprendan a quererse y aceptarse con sus defectos y virtudes para poder respetar también a los demás.
-Que se valoren mucho y así aprendan a valorar a los demás.
-Que traten siempre de superarse y no piensen que es imposible hacer esto o aquello.
-Que sepan que hay cosas que con ganas podemos cambiar o mejorar."
Y desde esta perspectiva, ¿cómo evalúas el año de tus hijos? ¿Cuánto ha avanzado cada uno según sus características personales, según su potencial y limitantes?

La parte más fácil es encontrar los problemas. Lo que no se logró, lo que avanzó muy poco, etc. Creo que sí, que hay que rendir cuentas. Pero los chicos necesitan aprender a leerse desde sus fortalezas. Hacerlo de un solo lado es problemático. Y mi experiencia es que muchas veces pasan los años y lo que los chicos tienen muy claro es lo que "no eres", lo que "te falta", y muy poco de las herramientas y potenciales que tienen para crecer.

¿Qué tal si empezamos a cambiar esto desde ahora? Aprovechemos estas cuatro semanas que quedan para realizar nuestro "balance y perspectivas del año."

jueves, 12 de noviembre de 2009

Las razones de la fe

En estos días se viene desarrollando una, digamos hoy, peculiar conferencia en el Zum de la Universidad de Lima, titulada: ¿Existe Dios? Y el ponente principal es nada menos que el padre Jorge Loring un famoso sacerdote catalán, experto en temas de fe y ciencia, estudioso de la aeronáutica, astrónomo aficionado, científico y polemista de polendas.


El compacto auditorio está compuesto por cerca de seiscientos jóvenes universitarios y escolares de último año, que no solo le escucharon atentos, sino que gozaron e incluso rieron de buena gana con la fuerza de sus argumentos y paradojas que contradecían una serie de afirmaciones de "sentido común" que circulan entre nosotros y tomamos como ciertas a fuerza de ser repetidas.


Debo confesar que en el momento de iniciar la conferencia todavía me embargaba cierta aprehensión: no era para menos, ¿podría este hombre a sus venerables 88 años apelar y enganchar a este auditorio de hipercríticos y sabihondos hijos de la generación de la Internet?


Y mi impresión no ha podido ser más grande: no pasaron cinco minutos y este delgado y de apariencia frágil anciano ya tenía cautivado a su público. Pero para mí lo más destacable es que más allá de la innegable simpatía, de su saber enciclopédico y de las inagotables anécdotas que brotan a borbotones, fruto de su larga experiencia de vida, lo que no solo entretiene a su auditorio sino que le cautiva y convence en la serena fuerza de una lógica imbatible.


Me era evidente que lo que motivaba a estos jóvenes, expertos en efectos especiales y realidad virtual, es en última instancia la fuerza de la verdad que se impone con suavidad y elegancia pero con una fuerza innegable.


El padre Loring estaba allí hablando de Dios en medio de la plaza universitaria, con fuerza, con inteligencia, y con audacia, y nadie parecía incomodarse por sus razones fuertes y contundentes. Decía por ejemplo: "Nadie es ateo por razones científicas ... y paso a demostrarlo". Efectivamente, es audacia pura, pero sostenida por un poderoso sentido común, y capaz de retar con éxito a su auditorio a pasar de la ignorancia religiosa a una fe sostenida por razones adultas.


Y ha sido justamente esta recepción de su auditorio lo que me convenció -sino lo estaba ya- que el problema de la indiferencia y del llamado alejamiento de Dios de esta generación, hay que buscarlos en la madurez de la presentación de la fe que hacemos los adultos. "así como se ve ridículo a un adulto vestido de marinerito, así nos vemos de ridículos los adultos cuando presentamos a estos chicos la fe con nuestros conocimientos religiosos de la primaria"... ¡Y esto es! diríamos.


La lección que extraigo de todo es muy sencilla: el reto que tenemos hoy, es conocer en serio y con profundidad la fe y la religión que pretendemos presentar a los jóvenes, Si no lo hacemos, no hay que poner la responsabilidad en los medios de comunicación o en los errores y malos ejemplos de los consagrados que dan mal testimonio, hay algo de verdad en eso por desgracia, pero lo que tenemos que hacer es ser capaces de reconocer nuestra propia responsabilidad en presentar una fe profunda y bien sostenida.



domingo, 8 de noviembre de 2009

Tiempo de poda


Leía hace poco un interesante artículo de Mons. Galimberti, Obispo de Salto, Uruguay, que hace una interesante analogía de la crianza de los chicos con los cuidados que damos a un árbol en crecimiento.

En particular me llamó la atención la referencia a los momentos de "poda" en la vida de los chicos. Definitivamente comprendemos que si una planta no se poda, entonces crece mal y débil, "se va en hojas" y no se obtiene fruto. ¿Sucede esto mismo con la crianza de los hijos?

Pienso que espontáneamente todos estamos dispuestos a conceder que así es. En realidad la analogía planteada no es original. La literatura clásica hace mucha referencia al mundo natural y lo mismo se puede decir de la literatura bíblica. Hasta hace no mucho la humanidad tenía una cultura básicamente agraria y el lenguaje del campo ha sido siempre muy expresivo.

Podemos pensar en los momentos de 'poda' como los momentos en que decimos que 'no' a sus impulsos e iniciativas. O quizá en las ocasiones que debemos corregirles a aplicar una sanción. Entonces miramos nuestra experiencia personal y vemos que sí. Nos toca 'podar' muchas veces. Y también comprendemos que no hacerlo genera hijos débiles, sin límites claros e inseguros. Sabemos bien que el hijo engreído y terco, lejos de tener un 'caracter fuerte' como algunos piensan, lo que en realidad está manifestando es una inseguridad muy grande porque no puede aceptar la realidad de las cosas como ellas son, sino como él o ella quieren que sea... y para eso están dispuestos a dar toda la "pataleta" que sea necesaria. Ceder en esos momentos, lo sabemos bien, es muy grave para su formación.

Pero hay otra dimensión de la 'poda' que nos es menos clara, pero que es igualmente importante o más. No sólo hay que podar las ramas torcidas o débiles. No sólo hay que limpiar la mala hierba o las adherencias. También hay que saber podar cuando la planta está bien, está fuerte y está grande, no tanto para corregir, sino para que dé más. El buen agricultor sabe que al podar la planta sana en los momentos adecuados, crecerá más fuerte y la producción será mayor.

En la vida de los chicos esto nos es menos evidente. Pero es cierto que hay muchas ocasiones en las que tenemos que empujar a los chicos más allá de su "punto de comodidad". Subir la varilla, exigir que caminen una milla más, que den más y mejor calidad, que sean aún más generosos, o cuidadosos, o dueños de sí mismos. Y esto no con un afán perfeccionista sino porque conocemos sus reales posibilidades y sabemos que ese esfuerzo, ese breve momento de cansancio, pena o esa pequeña frustración valen en verdad todo el oro del mundo porque nos educan y nos llevan a sacar lo mejor de nosotros mismos.

Estamos a finales del año escolar y la tentación podría ser la de bajar la guardia. "Total ya aprobé." Sabemos bien que ésa es precisamente la diferencia entre el hombre mediocre y el hombre de excelencia. Mantener la guardia alta, correr y dar todo el aliento hasta el límite mismo de la meta, eso es lo que marca la diferencia. Los hábitos y criterios de la infancia se llevan a la vida adulta. Cambian los escenarios y las responsabilidades, pero sabemos bien que el mundo está lleno de "medio-queredores", de aquellos que nos dieron la talla porque se conformaron pronto con lo más fácil y agradable.

¿Qué tipo de hombres queremos formar?