jueves, 25 de noviembre de 2010

Tránsito: oportunidad educativa

En esta semana hemos publicado el "Proyecto de ordenamiento del tránsito en nuestros Colegios". Se trata de una necesidad percibida por todos, que si no se atiende solo podrá agravarse debido a que estamos en una etapa de crecimiento.

Pero tenemos también la oportunidad para ofrecer a nuestros alumnos una importante lección de vida social: el tránsito es algo en el que todos participamos y en el que todos somos parte de la solución, pues ésta pasa necesariamente por un compromiso donde todos "cedemos" algo por el bien común.

Hace uno años estando en Toronto me tocó un cruce de avenidas donde el semáforo se había malogrado. Obviamente el tránsito iba lento, pero fluía. Cuando llegué a la esquina misma vi que los autos cruzaban en turnos de a uno, boca calle por boca calle, siguiendo el sentido del reloj. De esa manera no se formaban nudos y todos podíamos circular. No había policías, sólo el sentido común y la capacidad de posponer las propias urgencias por el bien de todos.

Esto que pasó en Toronto no fue un producto espontáneo, sino simplemente la manera cómo "todos saben" que deben actuar en circunstancias similares: en otras palabras: educación. No es algo genético: Toronto es una ciudad multiétnica como pocas en el mundo. Se trata de una cultura ciudadana que se ha hecho parte del ser y quehacer de esa colectividad.

¿Lima puede ser así? Tiendo a pensar que sí. Nos pusimos cinturón de seguridad y cuidamos lo que tomamos antes de manejar no solo por un tema legal, sino porque hemos puesto de nuestra parte. ¿Podemos tener una entrada y salida razonables en los Colegios? Con mayor razón. Se trata de asumir el tema y estar dispuestos a cambiar nuestros hábitos pensando en el bien de todos. Cuando lo logremos no solo habremos resuelto un problema puntual sino que habremos dejado una lección de vida a nuestros chicos.

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