jueves, 17 de diciembre de 2009

Game over!


Fin del año escolar. Y en el fondo de los ojos de los chicos ya se puede leer la frase final de los video juegos: lo siento, game over! Efectivamente, es su mundo y se expresan en sus términos. Pero creo que la comparación se puede entender de una manera más amplia: en los juegos lo que sucede es que vuelves a cero, recuperas tu vida y puedes volver a empezar.
La etapa escolar tiene un poco de eso, nada es definitivo, siempre conservas tu vida no importa lo mal que te haya ido, y puedes volver a empezar fresco en el siguiente año. Incluso en los casos más difíciles, cuando arrastramos muchos puntos en contra de diversa índole, aun repitiendo de año (equivalente al reset to the original configuration) en la etapa escolar, a diferencia de la vida adulta, los chicos siempre tienen la opción de volver a comenzar, no tienen un pasado, todo está por construirse.

Quizá he abusado un poco de la comparación, pero la idea que quisiera pasar en estos finales de año es ese realismo esperanzado que debe animar nuestra consideración y acompañamiento de los chicos. Hay algunos para los que todo va bien, porque suben al siguiente "nivel" y pueden utilizar para su ventaja los nuevos "poderes" o "armas" que han recogido en el anterior. Con los que no la han pasado tan bien, porque el nuevo año lo enfrentarán con la experiencia del pasado.

Pero mucho depende del "protector", del guerrero con experiencia que sabe guiarles de nivel en nivel y que nunca se cansa ni se da por vencido. El que muestra los caminos mejores y advierte los lugares complicados. No juega él el juego, pero acompaña de cerca, comprometido con su pupilo.

Hemos terminado una etapa. Toca a los "protectores" ayudar a sus pupilos a cerrar la experiencia, y sacar las lecciones de la etapa, y es que llega un momento en que no hay segundas oportunidades y los puntos en contra no se recuperan. Cuando se tiene que jugar con las armas que recogiste en el camino porque será sino muy difícil encontrar nuevas.

jueves, 10 de diciembre de 2009

El poder de tus palabras

Hace algunos años conversaba con un muchacho que venía con problemas académicos y de disciplina constantes. En medio del diálogo le pregunté por la opinión que tenía de sí mismo, pero cuando empezó a contestarme, no le dejé avanzar: "un segundo,- le dije-, por favor empieza nuevamente, pero por la lista de tus virtudes. ¿Cuáles son tus fortalezas?"... Se quedó callado un rato. Buscó y rebuscó en su cabeza... "Bueno, mi papá me dijo una vez que yo soy muy bueno para..."No puedo contarles el diálogo, pero sí resaltar algo que he visto como una constante en mi experiencia: los chicos con problemas suelen tener una pobre imagen de sí mismos. Parece obvio, pero añado para aclarar: cuando digo "pobre", no quiero decir necesariamente "mala", sino insuficiente, elemental, poco balanceada. Les cuesta dar cuenta de sí mismos, y claro, lo que primero aparece en su cabeza son los defectos que con toda claridad les evidenciamos en casa y en el colegio.No defiendo la idea de callar los problemas, al contrario. Pero con la misma fuerza, o más debemos ser capaces de evidenciar a los chicos, ...decirles,... hablar, las cosas buenas que tienen o que son capaces de hacer. Ser realista no es ser negativo.Construimos nuestra autoimagen en el diálogo con los demás, especialmente con las personas significativas para nosotros. Y hasta los 18 años o más no hay personas más significativas para uno que los padres y maestros.Somos conscientes que muchas veces no le dedicamos tiempo al diálogo con los chicos. Pensemos en lo serio que es, si ese poco tiempo en que conversamos está dedicado a resaltar sus faltas y defectos. Insisto: no es un problema de que lo que decimos no sea cierto, sino que es incompleto. Y en ese sentido, el espejo que les ofrecemos para "leerse" a sí mismos les muestra una imagen distorsionada y deforme. ¡Imaginemos andar por la vida con la autoimagen moral del jorobado de Notre Dame! No es justo.Hay que hablar con los chicos sobre ellos. Ayudarles a conocerse. Descubrirles sus fortalezas junto con sus debilidades o defectos, y ayudarles a reconocer toda la riqueza e integralidad de su personalidad. Y pienso que esto no se hace de la noche a la mañana. No se trata de "una gran conversación" memorable para toda la vida. Al contrario, es un proceso. Es lo que destacamos en el diálogo cotidiano: "me pareció genial lo que hiciste". "Qué rápido eres con los números", "me pareció muy generoso de tu parte hacerle ese favor a tu hermano"... etc. Obviamente debemos buscar también momentos especiales donde en un a tranquilo, con tiempo exclusivo les digamos cosas importantes, de fondo. Nuevamente, en la mayoría de los casos no se trata de largas conversaciones. Veinte minutos o media hora a lo sumo con los mayores. "Yo te veo así", "pienso de ti esto", "te veo habilidades para.." Frases cortas, bien fraseadas, dichas con intención y de corazón. Son palabras que se recuerdan para toda la vida y añaden a eso que llamamos "autoimagen".Pensaba en este chico que les contaba al comienzo. Al pobre no se le ocurría nada bueno hasta que se acordó lo que alguna vez su papá le había dicho. ¡Que importante había sido!, y lo curioso es que se llevaba muy mal con él. Y a pesar de todo... allí encontramos el clavo pequeño en el que se apoyaría para salir adelante. En esta época de notas y evaluaciones finales pensemos en lo que decimos. Nuestras palabras en este tiempo pesan mucho y dejan huella...

viernes, 4 de diciembre de 2009

Dar gracias



Ayer tuve la ocasión de tener un diálogo con la promoción que egresa. Son de los primeros grupos que se integraron al Colegio cuando teníamos clases en un pabellón acondicionado en Villa Caritas. Ellos han hecho todo el recorrido del Colegio, lo vieron literalmente levantarse ante sus ojos. Pasearon por los terrenos todavía en nivelación, se tomaron fotos en las inmensas orugas y tractores que trajinaban el valle en esos días y les tocó compartir con alegría una noche de fogata y "marshmallows" con la que en marzo del '99 cerramos los trabajos de "mudanza" a este local. Incluso, agolpados junto a sus padres en el patio de Ier. ciclo, vieron a lo lejos la última carga con la que abrimos la carretera a lo que sería la zona del campo de fútbol y la pista atlética.

Ellos terminan clases el próximo viernes 11 y se gradúan el 16. Les quedan pocos días en el Colegio y ya se perciben con los sentimientos encontrados propios de un tiempo de tantos cambios en su vida. Por un lado la expectativa y el deseo de seguir adelante. Por el otro el temor natural a lo desconocido y la sensación de pérdida, de cierre definitivo. No hay vuelta atrás, la vida continúa.

Es un tiempo que marca. Difícilmente lo vivimos con indiferencia, y es por eso que resaltaba con ellos la importancia de abrirse a la experiencia, ser conscientes de ella y vivirla con intensidad. Y una de las dimensiones más importantes de este 'cierre' de etapa es la gratitud. "A algunas de las personas que han sido parte de su vida en este tiempo probablemente no las vean nunca más", les decía. "Es una realidad de la vida, por eso les invito ahora a buscar un momento para darles las gracias."

Agradecer nos abre a la conciencia de nuestra identidad. De quiénes somos realmente en el contexto de las personas que nos han acompañado en una etapa y han dejado huella en nosotros.
No nos debemos a nosotros mismos. Necesitamos de los demás, -y junto con esa conciencia- los demás necesitan de nosotros. "Ningún hombre es una isla, cerrada sobre sí misma", reza el verso de John Donne citado tantas veces. Es la intuición de que en el fondo no estamos llamados a vivir para nosotros mismos sino para los demás y que el amor sólo se alcanza cuando se ofrece gratuitamente.


Juan Pablo II tenía una manera hermosa de expresar todo esto: "Haz que tu vida sea un regalo para los demás". Haz de tu vida un don permanente. Sólo en clave de entrega y de servicio tiene sentido la vida, y tienen sentido los pasos diversos que damos en ella, alegres o dolorosos. Que al final de tu recorrido pueda decirse sobre ti: "¡gracias por su existencia!".


Este es probablemente el secreto más grande del mundo. La clave de la felicidad, el aprendizaje más importante que puedan llevarse para su vida adulta. Y empieza a aprenderse, paradójicamente, por la gratitud. Quien no está abierto a los demás. Quien vive para sí. Quien camina, así, solo por la existencia, es incapaz de amar. Dar gracias, ese acto sencillo, breve, casi prosaico, esa palabra deslizada al borde de una frase, tiene el poder de abrirnos al otro y de abrirnos a la realidad. ¡No estamos solos! ¡Mi libertad se realiza en el contacto servicial con otras libertades!

Enseñar a dar gracias, a ser agradecido es, probablemente, el acto educativo más importante que podemos realizar como padres y maestros. El fin de la etapa escolar, el fin del año nos da a todos la oportunidad de convertir este acto sencillo en un verdadero regalo para toda la vida, para quien lo da y para quien lo recibe.



jueves, 26 de noviembre de 2009

Proyecto Inicial y Anuario

La semana que viene tendrán en sus manos dos documentos importantes para la vida del Colegio. Por un lado el Anuario escolar 2008, y por el otro el Proyecto de un nuevo ambiente para la sección de Pre-School San Pedro, Villa Caritas que estará siendo inaugurado en marzo de 2011.

Anuario

El Anuario recoge la Identidad y la Memoria de nuestros colegios. Más que una simple recopilación de eventos y fotos, se trata de todo un ejercicio de reflexión y búsqueda de expresar lo que somos y lo que nos estamos esforzando por construir como comunidad educativa. Cada sección, cada página, cada artículo tiene esa intencionalidad: plasmar nuestra identidad y cultura institucional: es decir, la manera como nos relacionamos y como vemos las cosas y la vida misma, reflejado todo en el quehacer cotidiano de chicos, profesores y padres de familia a lo largo de un año académico.

El Anuario es así parte de la memoria viva del Colegio, nuestra historia en el sentido más hondo del término, como lo expresa Hillaire Belloq: "la historia de lo que fuimos explica lo que somos". En ese sentido también el Anuario como memoria viva nos ayuda a entender quiénes somos y para qué estamos como comunidad educativa. En el Anuario nos reconocemos, allí vivimos experiencias de recuerdo y evocación que nos ayudan a reflexionar sobre nosotros mismos y hacernos preguntas sobre lo que estamos haciendo con nuestra vida. ¿Quién no ha tenido la experiencia al releer su viejo anuario escolar, de preguntarse sobre su propio camino y sobre las opciones que ha tomado en la vida? No se trata de atesorar recuerdos melancólicos, sino que es memoria-para-la-acción porque pone nuestra mirada sobre los temas y valores profundos de nuestra existencia para ayudarnos a mantener o a corregir el rumbo. La memoria se convierte así en ejercicio de autenticidad, de verdad, pero también de aliento al revalorar las cosas que son verdaderamente importantes. En el fondo está la convicción de que la vida nos ha sido prestada con un fin alto y que estamos para dar fruto en ella.

Proyecto Educación Inicial:

Con el paso de los años y el crecimiento de nuestros Colegios surge la necesidad de disponer de un espacio más propio, más especial para nuestros alumnos de Nido y Pre-Kinder. Hemos visto conveniente además que este espacio inicial sea compartido por las familias y los alumnos y alumnas de San Pedro y Villa Caritas antes de entrar propiamente a la etapa escolar, consolidando así nuestra opción de ser "dos Colegios pero una misma Comunidad Educativa".

Estamos aprovechando además la ocasión para diseñarlo considerando los paradigmas y necesidades de nuestros alumnitos del siglo XXI, del cual son dueños más que nosotros y en el cual vivirán toda su vida. Nuestra responsabilidad de padres y maestros es prepararles para un tiempo y unas condiciones de vida que aún son difíciles de vislumbrar. Lo que con seguridad no va cambiar es su naturaleza humana y los valores, virtudes y disposiciones que les permitirán desplegarse en cualquier circunstancia. Empezamos así con toda esta anticipación buscando incorporarles como padres en el diálogo necesario para disponer los mejores ambientes y condiciones para los pequeños.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Balance del año y perspectivas

Estamos a cuatro semanas de terminar clases y es justo empezar a hacer nuestro balance personal y como comunidad educativa de lo que ha significado este 2009. Como en toda dimensión de lo humano, habrá luces y sombras, pero lo importante en ambos casos es saber recoger lo aprendido y proyectarnos al futuro.

Se trata de un ejercicio importante y creo que es un aprendizaje crítico para los mismos chicos. Y no sólo mirando brevemente las libretas en el último día del año, sino desde ahora, partiendo de nuestros fines generales y objetivos para el año.

Conversando con una mamá del Colegio, le planteé así la pregunta: "¿y cuáles son tus objetivos para tus hijos?" Así, de pronto y sin aviso, no es fácil responder, pero luego tuvo la iniciativa de compartir con escrito el fruto de su reflexión sobre el punto. Con el permiso respectivo comparto una parte de su respuesta para motivarles a pensar en las suyas como papás:
-"Que crezcan muy seguros de sí mismos y se sientan capaces de poder asumir todos los retos que se les presenten y puedan también superar las dificultades y penas del camino de la mejor manera. (sabemos que hay muchas).
-Que aprendan a quererse y aceptarse con sus defectos y virtudes para poder respetar también a los demás.
-Que se valoren mucho y así aprendan a valorar a los demás.
-Que traten siempre de superarse y no piensen que es imposible hacer esto o aquello.
-Que sepan que hay cosas que con ganas podemos cambiar o mejorar."
Y desde esta perspectiva, ¿cómo evalúas el año de tus hijos? ¿Cuánto ha avanzado cada uno según sus características personales, según su potencial y limitantes?

La parte más fácil es encontrar los problemas. Lo que no se logró, lo que avanzó muy poco, etc. Creo que sí, que hay que rendir cuentas. Pero los chicos necesitan aprender a leerse desde sus fortalezas. Hacerlo de un solo lado es problemático. Y mi experiencia es que muchas veces pasan los años y lo que los chicos tienen muy claro es lo que "no eres", lo que "te falta", y muy poco de las herramientas y potenciales que tienen para crecer.

¿Qué tal si empezamos a cambiar esto desde ahora? Aprovechemos estas cuatro semanas que quedan para realizar nuestro "balance y perspectivas del año."

jueves, 12 de noviembre de 2009

Las razones de la fe

En estos días se viene desarrollando una, digamos hoy, peculiar conferencia en el Zum de la Universidad de Lima, titulada: ¿Existe Dios? Y el ponente principal es nada menos que el padre Jorge Loring un famoso sacerdote catalán, experto en temas de fe y ciencia, estudioso de la aeronáutica, astrónomo aficionado, científico y polemista de polendas.


El compacto auditorio está compuesto por cerca de seiscientos jóvenes universitarios y escolares de último año, que no solo le escucharon atentos, sino que gozaron e incluso rieron de buena gana con la fuerza de sus argumentos y paradojas que contradecían una serie de afirmaciones de "sentido común" que circulan entre nosotros y tomamos como ciertas a fuerza de ser repetidas.


Debo confesar que en el momento de iniciar la conferencia todavía me embargaba cierta aprehensión: no era para menos, ¿podría este hombre a sus venerables 88 años apelar y enganchar a este auditorio de hipercríticos y sabihondos hijos de la generación de la Internet?


Y mi impresión no ha podido ser más grande: no pasaron cinco minutos y este delgado y de apariencia frágil anciano ya tenía cautivado a su público. Pero para mí lo más destacable es que más allá de la innegable simpatía, de su saber enciclopédico y de las inagotables anécdotas que brotan a borbotones, fruto de su larga experiencia de vida, lo que no solo entretiene a su auditorio sino que le cautiva y convence en la serena fuerza de una lógica imbatible.


Me era evidente que lo que motivaba a estos jóvenes, expertos en efectos especiales y realidad virtual, es en última instancia la fuerza de la verdad que se impone con suavidad y elegancia pero con una fuerza innegable.


El padre Loring estaba allí hablando de Dios en medio de la plaza universitaria, con fuerza, con inteligencia, y con audacia, y nadie parecía incomodarse por sus razones fuertes y contundentes. Decía por ejemplo: "Nadie es ateo por razones científicas ... y paso a demostrarlo". Efectivamente, es audacia pura, pero sostenida por un poderoso sentido común, y capaz de retar con éxito a su auditorio a pasar de la ignorancia religiosa a una fe sostenida por razones adultas.


Y ha sido justamente esta recepción de su auditorio lo que me convenció -sino lo estaba ya- que el problema de la indiferencia y del llamado alejamiento de Dios de esta generación, hay que buscarlos en la madurez de la presentación de la fe que hacemos los adultos. "así como se ve ridículo a un adulto vestido de marinerito, así nos vemos de ridículos los adultos cuando presentamos a estos chicos la fe con nuestros conocimientos religiosos de la primaria"... ¡Y esto es! diríamos.


La lección que extraigo de todo es muy sencilla: el reto que tenemos hoy, es conocer en serio y con profundidad la fe y la religión que pretendemos presentar a los jóvenes, Si no lo hacemos, no hay que poner la responsabilidad en los medios de comunicación o en los errores y malos ejemplos de los consagrados que dan mal testimonio, hay algo de verdad en eso por desgracia, pero lo que tenemos que hacer es ser capaces de reconocer nuestra propia responsabilidad en presentar una fe profunda y bien sostenida.



domingo, 8 de noviembre de 2009

Tiempo de poda


Leía hace poco un interesante artículo de Mons. Galimberti, Obispo de Salto, Uruguay, que hace una interesante analogía de la crianza de los chicos con los cuidados que damos a un árbol en crecimiento.

En particular me llamó la atención la referencia a los momentos de "poda" en la vida de los chicos. Definitivamente comprendemos que si una planta no se poda, entonces crece mal y débil, "se va en hojas" y no se obtiene fruto. ¿Sucede esto mismo con la crianza de los hijos?

Pienso que espontáneamente todos estamos dispuestos a conceder que así es. En realidad la analogía planteada no es original. La literatura clásica hace mucha referencia al mundo natural y lo mismo se puede decir de la literatura bíblica. Hasta hace no mucho la humanidad tenía una cultura básicamente agraria y el lenguaje del campo ha sido siempre muy expresivo.

Podemos pensar en los momentos de 'poda' como los momentos en que decimos que 'no' a sus impulsos e iniciativas. O quizá en las ocasiones que debemos corregirles a aplicar una sanción. Entonces miramos nuestra experiencia personal y vemos que sí. Nos toca 'podar' muchas veces. Y también comprendemos que no hacerlo genera hijos débiles, sin límites claros e inseguros. Sabemos bien que el hijo engreído y terco, lejos de tener un 'caracter fuerte' como algunos piensan, lo que en realidad está manifestando es una inseguridad muy grande porque no puede aceptar la realidad de las cosas como ellas son, sino como él o ella quieren que sea... y para eso están dispuestos a dar toda la "pataleta" que sea necesaria. Ceder en esos momentos, lo sabemos bien, es muy grave para su formación.

Pero hay otra dimensión de la 'poda' que nos es menos clara, pero que es igualmente importante o más. No sólo hay que podar las ramas torcidas o débiles. No sólo hay que limpiar la mala hierba o las adherencias. También hay que saber podar cuando la planta está bien, está fuerte y está grande, no tanto para corregir, sino para que dé más. El buen agricultor sabe que al podar la planta sana en los momentos adecuados, crecerá más fuerte y la producción será mayor.

En la vida de los chicos esto nos es menos evidente. Pero es cierto que hay muchas ocasiones en las que tenemos que empujar a los chicos más allá de su "punto de comodidad". Subir la varilla, exigir que caminen una milla más, que den más y mejor calidad, que sean aún más generosos, o cuidadosos, o dueños de sí mismos. Y esto no con un afán perfeccionista sino porque conocemos sus reales posibilidades y sabemos que ese esfuerzo, ese breve momento de cansancio, pena o esa pequeña frustración valen en verdad todo el oro del mundo porque nos educan y nos llevan a sacar lo mejor de nosotros mismos.

Estamos a finales del año escolar y la tentación podría ser la de bajar la guardia. "Total ya aprobé." Sabemos bien que ésa es precisamente la diferencia entre el hombre mediocre y el hombre de excelencia. Mantener la guardia alta, correr y dar todo el aliento hasta el límite mismo de la meta, eso es lo que marca la diferencia. Los hábitos y criterios de la infancia se llevan a la vida adulta. Cambian los escenarios y las responsabilidades, pero sabemos bien que el mundo está lleno de "medio-queredores", de aquellos que nos dieron la talla porque se conformaron pronto con lo más fácil y agradable.

¿Qué tipo de hombres queremos formar?

miércoles, 28 de octubre de 2009

1000 hermanos


El sábado pasado por la mañana los cines UVK de Chacarilla rebosaban de una bulliciosa multitud de alumnos, alumnas y papás de Villa Caritas y San Pedro. Los habituales expendedores de dulces, cancha y gaseosas habían sido reemplazados por grupos organizados de madres de familia, que además daban la bienvenida a las familias que venían llegando demoradas por un inusual tráfico sabatino. Pronto se llenó una sala, luego una más y finalmente una tercera. El motivo, sin embargo, no eran las aventuras de Mario Alejandro Delfín y sus sueños, sino decir "¡aquí estamos! porque uno de nuestros compañeros nos necesita".

A miles de kilómetros de su casa, en Florencia, Renzo, uno de sus compañeros se preparaba para recibir su primera dosis de quimioterapia y emprender con ella un largo y difícil camino que va a tomar muchos meses y va a exigir lo mejor de él. En realidad de todos nosotros.

Cuando elegimos la "solidaridad" como uno de los temas ejes de año no imaginamos que se nos pediría vivirla, no como un hermoso valor a considerar, sino como la prueba viva de la textura de nuestras vidas. Ser solidario es ser uno con el otro, hacer el mismo camino, llevar las mismas cargas, compartir el mismo peso. Poner el hombro, el pecho y el corazón.

Y con este pequeño signo, hemos pasado la primera prueba de la solidaridad. No nos hemos quedado a la distancia en calidad de testigos. Hemos cambiado nuestros horarios, hemos movido nuestras agendas y ritmos, les hemos dicho a los chicos que había aquí algo importante, y ellos lo han comprendido por la vía de los hechos.

¡Es la hora de la solidaridad! Es la hora de la iniciativa, de la audacia, de la fe y de la esperanza. Es la hora de la fortaleza y la perseverancia a toda prueba. Hay miles de tareas y cada uno debe salir a buscar la suya, porque la solidaridad no espera que la llamen, no sabe de turnos. Irrumpe como a borbotones, inspirada por el amor: y en primer lugar reza. Hay que rezar mucho. "Tomar por asalto el Cielo con oraciones", como decía Juan Pablo II. Como la "viuda importuna" del Evangelio. Rezar hasta, si cabe, arrancarle al Cielo lo que queremos, que es al final, lo que Dios quiere. Pero la solidaridad también actúa: llama, escribe, sugiere, organiza, ayuda.

Renzo va a crecer con esta prueba, lo vamos a recuperar transformado en un hombre probado al límite de su humanidad. Pero él nos va a encontrar también mejores a nosotros. Porque acompañarlo nos ha exigido, nos ha movido, nos ha enseñado de qué trata verdaderamente la vida y quiénes somos en ella.

Renzo es hijo único. Pero este sábado encontré que tiene en realidad mil hermanos. Y siguen aumentando...

miércoles, 21 de octubre de 2009

Certamen de Audición Musical


Hoy por la tarde, en el Coliseo del Colegio Villa Caritas, tendrá lugar la octava edición nacional del Certamen de Audición Musical. Son ocho años de una apuesta por hacer cultura y difundir cultura entre los estudiantes de todo el país con un evento de altísima calidad y un reto realmente apelante y difícil.

Cada año, cerca de 800 colegios de todo el país son invitados a participar. Luego de una competencia interna que selecciona a un representante, los colegios se inscriben para lograr un lugar en la gran final. Hace pocos días tuvo lugar la semi final, y llegan hoy, a la gran final, tan sólo 80 colegios. El reto es reconocer con sólo escuchar algunos segundos, una de las piezas seleccionadas de alguno de los grandes compositores de la música clásica.

Este año, el compositor propuesto ha sido Félix Mendelssohn, uno de los grandes compositores alemanes del siglo XIX, considerado padre del movimiento romántico europeo, y el gran heredero del genio de Mozart. Todos hemos escuchado alguna vez a Mendelssohn a través de la célebre "Marcha Nupcial", que compuso como la obertura "Sueño de una noche de verano", inspirado a su vez en la genial comedia de Shakespeare...¡cuando sólo tenía 16 años!

Mendelssohn le cantó a la vida: a los momentos sencillos y cotidianos de la existencia: al amor, a los caminos, a la noche, a los enamorados, a las costumbres de su tiempo, a personas y lugares que le impresionaron vivamente. Y lo hizo con una alegría, mesura y delicadeza que marcaron su tiempo.

No podía ser más oportuno proponer a nuestros estudiantes un compositor así: la alegría de vivir es el sello de la juventud y es el núcleo mismo de una cultura. Hoy más que nunca, cuando algunos políticos quieren imponer una cultura de la muerte en el país, hay que celebrar la vida y hay que proponer modelos de vida a los chicos.

El Certamen, y el reto que propone a los chicos es justamente eso: vamos a tener una noche hermosa de música, emoción y asombro por el conocimiento y la destreza que se pondrá en juego. Al final, habrá sólo un ganador que tendrá la oportunidad de viajar a Alemania, lugar de nacimiento de Mendelssohn, y empaparse de la cultura en la que vivió. Pero más importante que eso, todos los participantes, sus padres y maestros, venidos de las cuatro esquinas de nuestra patria, habrán tenido la ocasión de compenetrarse con su música y su particular sensibilidad por la vida.

Comparto con ustedes el video de convocatoria 2009:

Untitled from jose ezaine on Vimeo.

jueves, 15 de octubre de 2009

La sociedad que queremos



San Agustín tiene una frase que parece escrita para nuestro tiempo: "Si crees lo que te gusta en el Evangelio, y rechazas lo que no te gusta, no es el Evangelio en lo que crees, sino en ti mismo." ¿Cómo explicar de otra manera que una sociedad como la nuestra que dice inspirarse en los valores del Evangelio esté debatiendo en estos mismos instantes el derecho a dar muerte a los bebés no nacidos y a los ancianos o moribundos? Ningún país de América Latina ha querido convertirse hasta ahora en defensor de la eugenesia y de la eutanasia, pero parece que a nosotros nos parece conveniente y bueno.




No hay vidas indignas

Para defender estas mismas leyes, la propaganda Nazi sostenía que había "vidas indignas de ser vividas". Y este es el mismo razonamiento que está detrás de la legislación que permite a los médicos practicar abortos en embriones humanos en los que se ha detectado enfermedades o defectos congénitos. ¿Y los chicos y chicas que hoy estudian en escuelas como la "Alegría en el Señor" o similares y que a punta de esfuerzo y coraje se superan y llegan a ser profesionales y a formar familias felices?, ¿sólo porque son diferentes a nosotros no tienen derecho a vivir? Nacen y viven con defectos congénitos, pero eso no los hace menos humanos.

Creo que es importante que cada uno desde el lugar en que se encuentra y con los medios que tenga a disposición haga sentir su voz para que este tipo de cosas no pasen en nuestro país. No sólo es la vida de personas concretas la que está en juego, sino el tejido mismo de nuestra cultura como nación. La cultura no es algo abstracto o un objeto de museo. La cultura es la manera como vivimos y nos relacionamos, y se plasma en las leyes y costumbres que organizan nuestras vidas, la manera como nos relacionamos con los demás, con nosotros mismos y con Dios.



Culturas de la muerte

Hay culturas hostiles a la vida. Donde el valor de la persona se mide en dinero, donde la familia es una fugaz prolongación del útero materno, seguridad para los años infantiles y poco más. Hay cultura de hombres solos, sociedades tan pobres que sólo tienen dinero y cosas para sus ciudadanos. ¿Qué tipo de cultura queremos que sea la nuestra y la del mañana de nuestros hijos?

La cultura es una realidad dinámica. Cambia con los tiempos y las personas. Y a veces cambia para mal. Cuando la libertad deja de buscar la verdad y se conforma con lo placentero o con lo simplemente práctico, lentamente muere. Es por eso fundamental "crear una cultura huamana" con los chicos que se están formando: una cultura de vida, una cultura de familia, una manera de ser y vivir que no se conforme sino con la verdad, aunque de momento cueste. 


Construir y educar para la vida


Si nos fijamos bien, las diferentes iniciativas que fomentamos en el Colegio, desde los viajes de fin de ciclo, la manera de estudiar y aprender, los deportes, y la misma kermesse, apuntan siempre a fomentar estos valores culturales, a que se conviertan en el aire fresco que respiramos cada día en el Colegio.


Tenemos en ciernes dos de las más importantes actividades del año: El Certamen de Audición Musical, y la Semana Cultural. A su manera, ambos son también una forma de celebrar la vida y los valores más profundos de la vida. Los comentaremos en particular más adelantes, pero desde ya les pido que los veamos desde esta perspectiva. Más allá de su valor académico, lo más importante para mi entender es su valor como actividades promotoras de una cultura que debe dejar huella en la vida de los chicos, para que a su vez ellos sean para sí mismos y para los demás testigos vivos de vidas humanamente vividas. Así pues, ¿qué tipo de cultura, qué tipo de sociedad queremos?

lunes, 12 de octubre de 2009

¿Para qué la APAFA?


Con motivo de las recientes elecciones de directiva de Asociación de Padres de Familia, algunas personas me preguntaron por la naturaleza y razón de ser de la APAFA. Creo que es una pregunta muy pertinente, y como espero mostrar, con profundas implicancias.

Pero primero: ¡Gracias!

No quiero dejar pasar la ocasión para agradecer nuevamente a la anterior directiva, presidida por la señora Pamela de Khaililhie. Nos hemos sentidos muy acompañados y respaldados por ellos en estos años. Y por supuesto, expresar nuestros mejores deseos a la directiva entrante que preside el señor Julio Herrera por el generoso ‘paso al frente’ que están dando.

¿De dónde viene esto de la APAFA?: Breve historia de dos modelos

Sin ahondar mucho en la historia, podemos remitirnos a nuestra época escolar: entonces, el gobierno militar planteo una ley educativa de corte socialista donde los colegios tendían a funcionar como cooperativas, y la participación de los padres se planteó como de control y decisión. El modelo de APAFA favoreció un sesgo casi sindical, contrapuesto al también sindicato de profesores y a la dirección o propietarios.

En los años noventa este modelo prácticamente se eliminó. El modelo escolar era el de la empresa privada, y la nueva ley que se promulgó entonces permitía incluso la no existencia de las asociaciones de padres o su nombramiento por parte del director. Para esta ley, la escuela era una empresa proveedora de un servicio y los padres tienen todos los derechos de un cliente.  

¿Cuál es nuestro modelo? Proyecto católico y padres

Desde un principio, el Consorcio de Colegios Católicos planteó sus discrepancias con ambos modelos. El modelo socialista era un extremo, y nos habíamos ido al otro.  La educación católica ha defendido siempre el derecho y el deber de la participación activa de los padres en la educación de sus hijos. Sin ella, tenemos instrucción, pero no formación integral.

El modelo de ‘empresa de servicios’ funciona para un bufete de abogados o una asesora financiera, pero en un colegio hablamos de comunidad educativa.

En la empresa de servicios no interesa quienes sean los demás clientes. No interactuamos con ellos. En la escuela sí. Las relaciones sociales de las familias marcan toda la experiencia educativa y a veces continúan para toda la vida.

La elección misma del colegio, no se realiza únicamente por la calidad percibida de su instrucción e instalaciones. -No debería.  Sino por que percibimos que esa escuela responde a nuestro propio ideal formativo como padres. Si no hay esto, el resultado en la inconsistencia en la formación de los chicos, como cuando una pareja transmite criterios y estilos educativos diferentes: el chico se confunde y termina siendo un “agnóstico de los valores”. 

Para la educación católica, el profesor no es únicamente un instructor, de quien esperamos únicamente solvencia profesional y moral. El profesor tiene un compromiso personal con sus alumnos, y se trabaja en ese contexto con los padres. Un relación lejana o indiferente le quita los recursos para formar efectivamente a los chicos. Al contrario, el diálogo frecuente, la búsqueda de objetivos comunes y el seguimiento de reglas comunes es una oportunidad educativa extraordinaria.

En ese sentido, vemos la APAFA como la manera como los padres se organizan para participar y colaborar sistemáticamente con el colegio, según cada contexto y circunstancias. Será diferente un colegio nuevo de uno centenario. Será diferente si hablamos de una comunidad rural o un barrio ejecutivo y profesional, pero lo que no debe cambiar es ese deseo efectivo de estar presentes.

Se entiende pues que el modelo de empresa de servicios se queda corto para esta visión, cuando de lo que se trata es de colaborar y trabajar juntos, cada uno desde donde le corresponde en la formación integral de los chicos.  A esto llamamos una Comunidad Educativa.


En nuestro caso tenemos ya amplios espacios ganados con la institución de las Delegadas de Aulas y la masiva participación de los padres a través de los Houses y del Departamento de Familia del Colegio. Somos colegios jóvenes, modernos, en pleno crecimiento y despliegue y contamos con familias profesionales altamente capacitadas. Tenemos una filosofía de participación y formación integral de toda la comunidad educativa.  

En esto contexto, uno de los roles decisivos de la directiva de la asociación de padres es ayudar a canalizar las fortalezas de nuestra comunidad educativa hacia el logro de los objetivos institucionales.  Que nuestros profesores puedan contar con todo el respaldo posible para ofrecer lo mejor de sí, y que los alumnos, razón de ser del Colegio, realmente aprovechen los talentos con que han sido bendecidos y crezcan y se formen a la altura de los retos que estos mismos talentos generan.  

Creemos que todavía hay mucho camino por avanzar en términos de conocer y compartir el Proyecto Educativo del Colegio y de construir sinergias que nos permitan aprovechar al máximo nuestras fortalezas.  De comunicarnos mejor y de animarnos a todos a ser protagonistas en la formación de nuestros hijos.  El reto es grande pero valioso.