miércoles, 7 de marzo de 2012

De raíces y estrellas

¡Bienvenidos al año escolar 2012!

Cada nuevo año se abre siempre lleno de expectativas y emociones. Y éste no es la diferencia. Los chicos cada uno de acuerdo a su edad y temperamento se han ido ajustando a la idea que las vacaciones terminaron. Por otro lado, el reencuentro con amigos y profesores ha sido cordial y reconfortante. Hay muchas cosas para contar y comentar. Esta semana ha sido de expectativas: nuevos grupos, nuevos profesores,  cursos y lugares. Todos nosotros hemos vivido la misma experiencia a nuestra manera y lo volvemos a vivir con ellos ahora como padres. Pero son otros tiempos y nosotros somos también distintos, ¿Cómo podemos aprovechar para ayudarles a enfocarse de la mejor manera posible en el año que se abre?

Quizá sirva una analogía que les propuse el lunes pasado en la formación de bienvenida: Les hice notar el árbol de pino que está en el patio de Elementary y que ya ha sobrepasado en altura el edificio que tiene al lado.  Ese pino lo sembramos cuando inauguramos el Colegio y ha venido creciendo con ellos desde entonces.  Les decía: "estos árboles crecen despacio pero muy alto por que tienen grandes raíces que penetran en lo profundo del suelo y les dan estabilidad.  Así tenemos que ser nosotros, tener raíces, es decir, buenos hábitos, y criterios seguros y consolidados. Sobre esa base podemos crecer todo lo que queramos. Pero una cosa más: vean cómo el pino se eleva derecho, apuntando hacia el sol. Cómo sus ramas laterales están volteadas hacia arriba, hacia su fuente de luz y calor.  También nosotros necesitamos un sol, una estrella que nos guíe, nos inspire y nos ilumine.  Esta estrella es para todos nosotros el Señor Jesús, pero es también nuestros sueños, nuestro  ideal de vida, nuestros planes y proyectos.  No podemos salir a la calle sin saber adonde vamos. Tampoco podemos iniciar el año sin tener un proyecto personal, un ideal, una meta muy concreta. Cada uno debe pensarla y decidirla."

Al comenzar el año quisiera proponerles a ustedes papás y mamás hacer con los chicos el mismo ejercicio. Recorrer con ellos lo que serán sus bases y raíces para el año. Que todo esté listo: horarios, organización, materiales, etc. Y trabajar con ellos en esa labor cansada y esforzada de hundir el arado para hacer el surco de los buenos hábitos desde el primer día. Si están listos, cuando caiga la semilla y vengan las aguas, podrán esperar los frutos.  Pero la segunda idea es todavía más importante: ayudarles a definir una estrella polar, un norte para este año, un conjunto de buenos propósitos muy concretos y precisos que le motiven y les hagan conscientes de su progreso. Estar motivados es 'tener motivos' para hacer las cosas, y cuanto más apelantes y profundos mejor.  Y el mejor momento es éste. ¡Manos a la obra!

Buen fin de semana.

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